Introducción
La sociedad está cambiando vertiginosamente en diferentes aspectos tanto sociales, culturales, económicos, tecnológicos, políticos y ambientales, lo cual ha traído consecuencias como el surgimiento de problemáticas y desafíos de diversa índole, de los cuales deriva la necesidad de formar profesionales íntegros, críticos e innovadores que puedan adaptarse a la incertidumbre y al trabajo interdisciplinario, intercultural y colaborativo. Es así como “estos escenarios y actores demandan una nueva arquitectura educativa que apunte al aprendizaje de por vida, lo que implica entablar una nueva hipótesis educativa: ‘enseñar a aprender’ y, sobre todo, a utilizar adecuadamente la información en el proceso de enseñanza y consecuentemente ‘aprender a pensar’, en el cual el pensamiento reconstruye con sentido el pensar para conocer y trascender en una formación integral” (Giraldo Giraldo, Otálvaro González y Moncada Patiño, 2006: 74).
Frente a este panorama, las funciones y los roles de los archivistas y bibliotecólogos se han dinamizado en un amplio abanico, por lo que se hace necesario preguntarse acerca de los currículos y su incorporación con flexibilidad, frente a los desafíos. Pese a la vertiginosidad de los tiempos, los programas no han logrado incorporar con oportunidad requerimientos sociales y laborales. Esta lentitud podría explicarse por dos razones: de un lado, las dificultades para establecer puentes de diálogo abierto y permanente con los diferentes actores sociales, incluidos los empleadores; y, por otro lado, los dispendiosos procesos y trámites administrativos para impulsar cambios en las estructuras curriculares ante las autoridades académicas, como los consejos de facultades, vicerrectoría de docencia y ministerios de educación. La rigidez de los programas se expresa, por ejemplo, en la declaración de los perfiles de egreso y el tiempo que transcurre entre su elaboración y su revisión, ajuste o renovación. Los programas van incorporando, en el mejor de los casos, las tendencias y los requerimientos sociales emergentes en el nivel microcurricular, sin comprometer la discusión en niveles de mayor envergadura.
De lo anterior puede derivar una hipótesis: la lentitud de los programas en archivística y bibliotecología en la incorporación de los cambios y los ajustes limita la capacidad de adaptación a las necesidades sociales y del mercado laboral, lo que genera una brecha entre las capacidades de los egresados y las demandas del entorno. Por ello es fundamental impulsar el desarrollo de procesos de evaluación curricular periódicos que monitoreen la pertinencia, la oportunidad y la flexibilidad de los currículos.
En cuanto a los antecedentes sobre los perfiles de egreso, es evidente la popularidad del enfoque de las competencias. Para la bibliotecología, destacan los trabajos de Gorbea Portal (2009), Escalona Ríos (2010), Pirela Morillo (2010), Martínez Rider y Chacón Escobar (2010), Jaramillo (2015), Pirela Morillo y Pulido Daza (2015), Pirela Morillo (2016), Múnera Torres (2018), Pirela Morillo y Salazar Álvarez (2021), entre otros. Para la archivística, resaltan los estudios de Zapata Cárdenas (2008), Szlejcher (2008), Escamilla (2011), Marín Agudelo (2012), Castillo Fonseca y Núñez Chávez (2015), Araya Ramírez, Córdoba Roldán y Jaén García (2015), Carreño Alvarado (2016), Jaramillo, Betancur Roldán y Marín Agudelo (2017), Vallejo Sierra y Pirela Morillo (2022), Morán Reyes (2024), entre otros. Estas investigaciones exploran las tendencias y las demandas de los entornos laborales y, a la vez, plantean un conjunto de competencias científico-técnicas, gerenciales, tecnológicas y socioemocionales que deben desarrollar los profesionales de la información. En esta misma línea, también es preciso mencionar la existencia de grupos de expertos(as) e investigadores(as) en América Latina y el Caribe. En el caso de la archivística está el Grupo de Expertos de la Red Iberoamericana de Enseñanza Archivística Universitaria (GERIBEAU), cuya coordinación general está a cargo de la Dra. Anna Szlejcher. En el caso de la bibliotecología está el Seminario Permanente de Educación Bibliotecológica, impulsado por el Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas y de la Información de la Universidad Nacional Autónoma de México, cuya coordinación está a cargo de la Dra. Lina Escalona Ríos.
Referentes conceptuales
Aquí se esbozan dos conceptos centrales: currículo y perfiles. Del primero, puede decirse que se concibe, según González Agudelo (2017), como: “mediador del proyecto cultural de una sociedad, el proyecto educativo de una institución docente y el proyecto de vida de un sujeto. Es el cruce entre tres propósitos: el social, más general, el de la escuela, más particular, y el del estudiante en su singularidad con sus deseos de formación” (28). Es así como el currículo hace referencia a la síntesis de elementos de la cultura que, a juicio de quienes lo seleccionan, deben ser enseñados por las instituciones educativas. Estos contenidos deben ordenarse, sistematizarse, gestionarse y distribuirse en una estructura que los articule y cohesione. Esta estructura se denomina diseño curricular y también se construye desde unos supuestos pedagógicos y didácticos concretos.
Del segundo, el perfil, puede mencionarse que se asume como las declaraciones en torno a las características previas y posteriores de los estudiantes como consecuencia de su tránsito por un proceso formativo. De manera puntual, se hace referencia al perfil de egreso como la declaración de las capacidades, agenciamientos y comportamientos que identifican y distinguen a un estudiante y/o egresado de un programa, teniendo en cuenta el sello de la institución (EIB-UdeA, 2023).
Metodología
La pregunta estuvo planteada en los siguientes términos: ¿cuáles son las características de los perfiles de egreso, en términos de afinidades y diferencias, de los programas en archivística y bibliotecología en América Latina y el Caribe entre 2021 y 2022? Metodológicamente, se optó por la investigación documental para establecer relaciones entre los perfiles de egreso y favorecer el diálogo y la expresión de las emergencias y las opacidades.
Es necesario mencionar que el análisis de los perfiles de egreso fue relacional ya que el interés estuvo puesto en establecer e identificar relaciones en términos de las afinidades o contrastes existentes entre los programas. Este interés nunca desconoció las diferencias entre las disciplinas y sus objetos de estudio, pero sí tuvo en cuenta la pertenencia de ambas disciplinas al campo de las ciencias de la información documental. Estos planteamientos pueden apreciarse en los trabajos de Quintero Castro (2013) y Rendón Rojas (2011).
Para la configuración de la información se recurrió a la preparación de un directorio de facultades o escuelas de archivística y bibliotecología en América Latina y el Caribe. Posteriormente, se procedió con la consulta de la información registrada en los sitios web de las instituciones. La compilación se registró en una matriz con los siguientes datos: país, universidad, tipo de universidad, título que otorga, duración, área del conocimiento a la que pertenece el programa y perfil de egreso. En total, se revisaron los sitios de 45 programas en archivística y 81 programas en bibliotecología.
Es importante anotar que la principal limitación del estudio tuvo que ver con la probable desactualización de la información de los programas en los sitios web y las indistintas referencias a perfiles de egreso, profesional y ocupacional. En cuanto a la temporalidad del estudio, el corte se hizo entre 2021 y 2022, periodo que coincide parcialmente con la pandemia de COVID-19 y con el regreso a la presencialidad progresiva por parte de las instituciones de educación superior. Esta decisión sobre la temporalidad obedeció a criterios prácticos relacionados con los avances del Proyecto de Innovación Curricular. Adicionalmente, se analizaron programas que integraban tanto la formación bibliotecológica como archivística, por lo que en la lectura de los perfiles de egreso se identificaron los rasgos disciplinares y profesionales de cada una de ellas.
Para el análisis de la información se realizaron dos tipos de análisis: uno fue descriptivo de carácter estadístico que mostró las características generales de los programas, haciendo uso de hojas de cálculo en Excel, y el otro fue relacional de carácter categorial que refirió las afinidades y diferencias existentes entre los programas, usando el programa de análisis cualitativo de datos Atlis.Ti versión 7.0. Para el análisis relacional se recurrió al proceso de codificación y categorización para vincular los datos. El proceso fue el siguiente:
Codificación abierta: se realizó el proceso de lectura, línea por línea, de la información registrada y se asignaron etiquetas a fragmentos tales como oraciones o párrafos. En total surgieron 63 códigos.
Codificación axial: se procedió con el establecimiento de relaciones jerárquicas con las subcategorías -propiedades y dimensiones- en torno a una categoría tomada como eje, la que, a su vez, evidenció patrones subyacentes. Al reagrupar y renombrar los códigos surgieron 42 y emergieron 5 categorías para archivística y 7 para bibliotecología.
Codificación selectiva: surge una categoría principal desde donde se construye la narrativa, la cual puede estar acompañada de matrices o diagramas. A partir del surgimiento de las categorías para archivística y bibliotecología, las cuales se expresan en afinidades y diferencias, la categoría central que permitió articular el análisis, la lectura y las narrativas fue la de ‘enfoque’. Es importante precisar que esta configuración responde a propósitos eminentemente analíticos que no pretenden descalificar otras lecturas o agrupaciones.
A partir de la conformación y consolidación de las categorías se elaboraron textos interpretativos que expusieron sus tendencias. Estas categorías ofrecieron las relevancias (mayor frecuencia) y las emergencias (menor frecuencia). De manera específica, sobrevinieron las siguientes categorías:
Cinco (5) categorías para archivística: Gestión documental; Patrimonio y memoria; Investigación; Planeación y gestión; Tecnologías de la información e investigación.
Siete (7) categorías para bibliotecología: Organización y tratamiento de la información; Servicios de información; Patrimonio y memoria; Investigación; Planeación y gestión; Tecnologías de la información y la comunicación; Educación y pedagogía.
Resultados
Análisis descriptivo: características generales de los programas estudiados
A continuación, se presenta una descripción básica, de carácter estadístico, de los programas estudiados; el listado completo de estos programas con sus características puede consultarse en la sección de Anexo. Como puede verse en la Figura 1, el país con más oferta para el programa en archivística es Brasil con 18, le sigue Colombia con 6 y Argentina y México con 5 cada uno. En el caso de la bibliotecología, aunque Brasil sigue teniendo valores dominantes con 27, junto con Argentina 12 y México 8, es más evidente la presencia del programa en muchos más países de la región (Figura 2).

Fuente: elaboración de los autores (2024)
Figura 1 Distribución por países de los programas en archivística

Fuente: elaboración de los autores (2024)
Figura 2 Distribución por países de los programas en bibliotecología
Tal y como puede observarse en la Figura 3 en cuanto al tipo de universidad, el programa en archivística es ofertado en su mayoría por instituciones de carácter privado, mientras que bibliotecología es impartido por instituciones públicas principalmente.

Fuente: elaboración de los autores (2024)
Figura 3 Distribución de los programas por tipo de universidad
En cuanto a la titulación, como puede apreciarse en la Figura 4, tanto para la bibliotecología como para la archivística, la titulación de la licenciatura es la más común. Aunque aparecen categorías como las de profesional, bibliotecólogo o archivista, entre otras, existen algunos matices relacionados con las particularidades de cada una, por ejemplo, para archivística se reconoce la titulación como archivólogo y archivista, mientras que, para bibliotecología, la de profesor y bibliotecólogo.
Análisis relacional de los perfiles de egreso en archivística y bibliotecología en América Latina y el Caribe
Este apartado se centró en generar un análisis integrado en torno a la categoría ‘enfoque’, la cual da cuenta de la articulación en un foco específico, una perspectiva o punto de partida temático, pero también de la diversidad de los perfiles de egreso de los diferentes programas con sus matices. En esta investigación se hizo latente la hipótesis de que la adscripción de los programas a diferentes facultades o escuelas puede determinar la configuración de los perfiles de egreso, a través de las misiones, los propósitos o fines formativos de dichas facultades. De esta manera, a partir de la agrupación de las facultades o escuelas, según las áreas del conocimiento; al compartir un horizonte epistemológico común; así como desde la identificación, denominación y caracterización de los enfoques permitieron la construcción de un relato con diversos matices y puntos de fuga.
A continuación, en la Tabla 1, se presenta la propuesta de los enfoques y su agrupación en facultades. Debe puntualizarse que la categoría ‘enfoque informacional’ refiere a las facultades de ciencias de la información, documentación y similares que producen y reproducen un discurso desde la transferencia de la información, la organización y los procesos informacionales.
Tabla 1 Enfoques de los programas en archivística y bibliotecología por facultades en la región estudiada
Fuente: elaboración de los autores (2024)
La comparación de las declaraciones teleológicas evidencia la adscripción de sus fines y misiones a la estructura de conocimiento sobre la que sostienen su formación o al campo general de las ciencias que les es más propio. Esta relación se hace evidente en las categorías que aparecen explícitas y que emparentan la facultad con ciertos objetos de estudio como, por ejemplo, el acceso a la información, la generación y difusión de conocimiento o la crítica de la realidad social y cultural para los enfoques informacionales, administrativos y sociales, respectivamente, también en diferencias más sutiles y veladas por el discurso que inciden en la formulación de perfiles, las formas de interpretarlos, aplicarlos y en las estructuras microcurriculares.
Perfiles y enfoques de los programas en archivística
En este apartado se desarrollan las categorías que emergieron en el análisis de la información. A continuación, en la Tabla 2, se presentan las categorías y sus tendencias, con sus análisis.
Tabla 2 Categorías y tendencias en archivística
Categoría | Tendencia |
---|---|
Gestión documental | La formación profesional está orientada a la gestión de los procesos de gestión documental desde una perspectiva integral. |
Patrimonio y memoria | La formación profesional tiene en cuenta la gestión del patrimonio documental archivístico para garantizar la conservación de la memoria. |
Investigación | La formación profesional está guiada por el desarrollo de procesos científicos y de construcción de conocimiento. |
Planeación y gestión | La formación profesional tiene en consideración la gerencia y la administración de sistemas archivísticos regionales, nacionales, provinciales y municipales de instituciones públicas y entidades privadas. |
Tecnologías de la información | La formación profesional retoma los desarrollos tecnológicos y su aplicación en los procesos de la gestión documental. |
Fuente: elaboración de los autores (2024)
Gestión documental. Es de gran interés para el ‘enfoque informacional’ en tanto se relaciona con los procesos de producción, planeación, organización, conservación, evaluación, preservación y difusión, buscando otorgar herramientas profesionales y habilidades específicas para que el archivista se convierta en el responsable de ello. Esta visión es compartida por el ‘enfoque social y humano’, aunque este busca darle la connotación de liderazgo a los profesionales, pues igualmente plantean la formación centrada en el desarrollo de capacidades técnicas y científicas, las cuales están relacionadas con un aporte a los procesos de producción, organización, almacenamiento, recuperación, conservación y preservación de archivos, superando con ello los criterios gerenciales basados en la eficiencia institucional y los contextos socioculturales.
Otros enfoques se distancian de esta categoría, por ejemplo, el ‘enfoque administrativo’ forma para gestionar la información como un recurso de las organizaciones independientemente de su naturaleza; busca un profesional para la recepción, organización y preservación de documentos. Por otro lado, el ‘enfoque educativo’ sugiere que la formación debe centrarse en identificar, preservar, organizar, valorar, seleccionar, describir y difundir documentos producidos por organizaciones públicas, privadas, sociales y por sujetos particulares, al igual que la reproducción de elementos propios que permitan la enseñanza de la disciplina para la gestión documental.
Patrimonio y memoria. El ‘enfoque informacional’ y el ‘enfoque social y humano’ son los que mayores elementos relacionados con la gestión del patrimonio y la memoria proponen, pues abogan por establecer focos formativos para la preservación y conservación del pasado y presente por medio de archivos, garantizando la integridad de los documentos, objetos y procesos de memorias personales, sociales -algunas nombradas colectivas- e históricas en los ámbitos locales, nacionales o globales. Mientras que el ‘enfoque administrativo’ y el ‘enfoque educativo’ desarrollan posturas frente a esta categoría como la búsqueda permanente del orden, subrayando en la seguridad, control y preservación del patrimonio documental y reconociendo estas manifestaciones como una expresión social que debe preservarse en función de atesorar el conjunto de documentos, memorias y saberes.
Investigación. Esta categoría tiene más fuerza y presencia en el ‘enfoque informacional’ y en el ‘enfoque social y humano’, pues ambos comparten la necesidad de brindar elementos teóricos y metodológicos para gestionar procesos de investigación crítica. Para esto, los programas recurren a estrategias orientadas a la formulación de problemas y proyectos, en el marco de tensiones relacionadas con la disciplina y la sociedad, para aportar alternativas, promoviendo el desarrollo del pensamiento lógico y crítico, la creatividad, la intuición y la capacidad de análisis.
De forma diferente, el ‘enfoque administrativo’ y el ‘enfoque educativo’ han buscado relacionarse con los procesos de investigación desde la generación de conocimiento integrando elementos formativos de carácter científico y con valores éticos. Es importante destacar que, si bien son nombradas algunas actividades, no existe un desarrollo de este eje -al menos en su documentación- en los programas, lo que da a entender que se encuentra en segundo plano frente a otras prioridades que su perspectiva orienta.
Planeación y gestión. El ‘enfoque social y humano’ y el ‘enfoque educativo’ aportan elementos formativos relacionados con la asesoría de planes y políticas públicas, educativas e institucionales que traducen las necesidades de información de los individuos, las organizaciones y comunidades en proyectos que garantizan su intervención eficaz, con el objetivo de formar un profesional que tenga aptitudes para la dirección, la planeación estratégica, el pensamiento sistémico, la organización y el control administrativo de los archivos de distintas entidades en las diferentes escalas territoriales.
Aunque se creería que el ‘enfoque administrativo’ tendría mayores avances con respecto a la gestión y administración, este reduce dicha gestión a la creación de empresas de archivos, consultorías y asesorías frente a la formulación de reglamentos, manuales, directivas y normas para su gestión. Por el contrario, el ‘enfoque informacional’ tiene una clara postura en formar para el diseño, la planificación e implementación de sistemas archivísticos institucionales, y la programación u organización de actividades culturales que involucren archivos.
Tecnologías de la información y la comunicación. El uso de tecnologías de la información y la comunicación es un tema complejo frente a la adecuación de instrumentos para las prácticas archivísticas, de la misma manera en que su adaptación comprende aspectos técnicos que son un desafío a la hora de aprehenderlos. No obstante, el ‘enfoque informacional’ ha planteado la formación de profesionales con la capacidad de realizar ejercicios de sistematización y gestión documental de acuerdo con los retos que han implicado los procesos de modernización; el ‘enfoque social y humano’ ha desarrollado metodologías para formar en la implementación, la estructuración y la automatización de sistemas y procesos archivísticos; y el ‘enfoque educativo’ ha buscado formar en estas herramientas para mejorar las capacidades profesionales frente a las demandas y requerimientos del campo laboral.
Perfiles y enfoques de los programas en bibliotecología
En este apartado se desarrollan las categorías que emergieron en el análisis de la información. A continuación, en la Tabla 3, se presentan las categorías y sus tendencias con los análisis realizados.
Tabla 3 Categorías y tendencias en bibliotecología
Categoría | Tendencia |
---|---|
Organización y tratamiento de la información | La formación profesional está centrada en el diseño, implementación y evaluación de los procesos de organización y el tratamiento de la información. |
Servicios de información | La formación profesional está orientada al diseño, implementación y evaluación de los servicios de información, integrando las tecnologías de la información y la comunicación. |
Patrimonio y memoria | La formación profesional tiene en cuenta la gestión integral del patrimonio bibliográfico y el patrimonio cultural. |
Investigación | La formación profesional está orientada al desarrollo de procesos científicos y de construcción de conocimiento. |
Planeación y gestión | La formación profesional tiene en cuenta la gerencia y la administración de sistemas, unidades y redes de información de manera eficiente. |
Tecnologías de la información y la comunicación | La formación profesional retoma los desarrollos tecnológicos y sus aplicaciones en los procesos de organización y tratamiento de la información. |
Educación y pedagogía | La formación profesional tiene en cuenta el diseño, desarrollo y la evaluación de procesos formativos, pedagógicos e informativos. |
Fuente: elaboración de los autores (2024)
Organización y tratamiento de la información. Esta categoría es más visible en el ‘enfoque social y humano’ y el ‘enfoque informacional’. El primero se centra en el desarrollo de capacidades para la organización y tratamiento de recursos, registros y colecciones ubicadas en diversas unidades de información, lo que significa que el profesional debe adquirir habilidades para la catalogación, clasificación, indización, almacenamiento, recuperación, diseminación y distribución, con el fin de facilitar el acceso y la difusión de la información y la satisfacción de las necesidades de las comunidades usuarias; mientras que el segundo hace especial énfasis en formar profesionales con conocimientos aplicados a la gestión de la información de las organizaciones, lo que involucra la selección, recopilación, organización, representación, tratamiento, difusión y acceso a los distintos soportes.
El ‘enfoque administrativo’ plantea el despliegue de capacidades para la formulación y gestión de proyectos para el desarrollo en bibliotecas físicas o digitales, lo que incluye formar en la organización y tratamiento de la información. Mientras que el ‘enfoque educativo’ dirige su formación en las capacidades para desarrollar instrumentos y servicios para la gestión y el manejo de la información teniendo en cuenta las necesidades de los usuarios.
Servicios de información. El ‘enfoque informacional’ resalta la prestación de servicios no supeditado a instituciones específicas y ello se destaca en el liderazgo del bibliotecólogo para analizar, gestionar y optimizar los procesos informacionales. Es por eso que este profesional debe conocer a los usuarios y sus necesidades, lo que comprende poseer capacidades para integrar disciplinas en función de diseñar estrategias que respondan a las demandas informativas.
Por su parte, el ‘enfoque social y humano’ y el ‘enfoque de la comunicación’ tienen similitudes en tanto ambos parten del reconocimiento de las necesidades comunitarias en la búsqueda de contribuir con la mejora cultural, económica, laboral, social, educativa y científicotecnológica, reconociendo la planificación, organización, administración, gestión de los distintos tipos de recursos, con el fin de brindar una diseminación de los conocimientos y los saberes en diversos soportes. Finalmente, el ‘enfoque administrativo’ y el ‘enfoque educativo’ se relacionan entre sí, distanciándose de los anteriores, en tanto buscan un director, gerente o líder de las unidades de información. Para estos enfoques los profesionales deben desarrollar habilidades para la gestión, planificación, organización y administración de recursos humanos, físicos, financieros y tecnológicos.
Patrimonio y memoria. El ‘enfoque informacional’ y el ‘enfoque social y humano’ tienen características semejantes, pues se proponen formar para la preservación y conservación de bienes y colecciones, buscando la idoneidad para la selección, almacenamiento, organización, recuperación y difusión de este tipo de materiales, cualquiera que sea su soporte. No obstante, es el segundo el que propone formar en procesos de restauración con el objetivo de enfrentar los distintos factores a los cuales se enfrentan dichos objetos culturales.
El ‘enfoque informacional’ hace hincapié en que los profesionales asuman la organización, la disponibilidad de documentación histórica, la conservación y la restauración de obras, con el fin de integrar y desarrollar otras visiones provenientes de diferentes áreas del conocimiento.
Investigación. El ‘enfoque informacional’, el ‘enfoque social y humano’ y el ‘enfoque educativo’ son los que más acentúan la investigación, proponiendo el uso de tecnologías que permitan al profesional anticiparse y poner en marcha transformaciones desde la circulación de conocimientos aplicados. Plantean formar profesionales para el diseño, dirección, ejecución y evaluación de distintos planes, así como de proyectos y metodologías enfocados en la construcción de nuevos saberes para el desarrollo científico de la disciplina.
Planeación y gestión. Se encuentra una relación entre el ‘enfoque informacional’, el ‘enfoque de la comunicación’ y el ‘enfoque social y humano’ en la generación de alianzas estratégicas para la resolución de problemas donde participen equipos interdisciplinarios. Es por eso que fomenta el dinamismo para el análisis, dirección, coordinación, supervisión y evaluación de proyectos y programas de las diversas unidades o sistemas de información. Mientras que el ‘enfoque administrativo’ y el ‘enfoque informacional’ tienen como punto de inflexión la formulación, mediación, administración y mantenimiento de los soportes donde se registra y documenta la información, tales como bases de datos, bibliotecas digitales y virtuales, y servicios públicos, lo que significa tener conocimientos en arquitectura de información.
El ‘enfoque educativo’ busca formar un profesional que aplique técnicas de mercadotecnia, liderazgo y de relaciones públicas en la formulación y gestión de proyectos de información desde el conocimiento de las políticas, normativas y legislaciones vigentes del campo.
Tecnologías de la información y la comunicación. El ‘enfoque administrativo’ propone que la capacidad del bibliotecólogo de apropiar y aplicar las tecnologías de la información y las comunicaciones se dirige, especialmente, a su capacidad de gestión y administración, en ocasiones centrada en la administración de unidades de información. Por otro lado, el ‘enfoque de la comunicación’ y el ‘enfoque informacional’ pone de relieve la aplicación de dicha capacidad a los procesos propiamente informacionales, como las arquitecturas de información, la gestión y la gobernanza de los datos. Sin embargo, todos los enfoques están de acuerdo en asociarlo a la organización y al tratamiento de la información.
Educación y pedagogía. El ‘enfoque social y humano’, el ‘enfoque de la comunicación’ y el ‘enfoque administrativo’ destacan la importancia de desarrollar aspectos educativos en sus procesos formativos; afirman que el egresado debe contar con herramientas para el apoyo a la docencia y para ser futuros profesores e investigadores en el campo de acción educativa e informativa. Estos enfoques son claros en que su principal espacio para la acción son las escuelas primarias, los colegios de secundaria, las instituciones de educación superior o en cualquier unidad de información que gestione las necesidades de los usuarios. Frente al ‘enfoque de la educación’ se entiende que, de acuerdo con su propia naturaleza, cada una de las actividades en la que los profesionales se desenvuelven están transversalizadas por elementos relacionados con esta categoría.
Discusión
Afinidades y diferencias: coincidencias y contrastes en la formación
En términos generales, los programas coinciden en las siguientes cuestiones:
La gestión documental para archivística y la organización de la información para la bibliotecología se ratifican como el núcleo duro o hard core de cada programa.
Con respecto a los servicios de información, ambos programas reconocen el manejo de los datos y de la información como elemento relevante y oportuno para diferentes tipos de usuarios y comunidades, utilizando en su trabajo herramientas tecnológicas pertinentes y responsables.
Ambos programas reconocen la planeación y gestión de forma integral en instituciones, programas, servicios, redes o sistemas de información/ documentales que atiendan a los requerimientos de contextos diversos, así como a las demandas de ciudadanos diversos y plurales, con visión humanista.
Ahora bien, la investigación es un pilar fundamental que es recurrente en ambos programas, y busca que se generen capacidades para diseñar, gestionar, ejecutar y evaluar planes, programas y/o proyectos de investigación e innovación para generar alternativas de solución.
Con respecto al patrimonio y la memoria, ambos programas buscan gestionar integralmente este aspecto con el fin de contribuir a la conservación, difusión y dinamización de las memorias colectivas y sociales en una perspectiva de democratización, superación del conflicto, reparación y no repetición, verdad, transparencia y gobernanza.
En cuanto a las diferencias, los programas se distinguen en:
En los programas en bibliotecología se hace referencia, de manera reiterada, a la necesidad de formar profesionales que cuenten con habilidades socioemocionales relacionadas con el reconocimiento y la tramitación de las emociones, las relaciones interpersonales y la proyección y conexión con el mundo y la sociedad, las cuales proveen estrategias y herramientas para afrontar diferentes situaciones en diversos ámbitos. También se destacan las habilidades para el liderazgo; el trabajo en equipos colaborativos, interdisciplinarios y multiculturales; la flexibilidad; y la apertura al cambio y la incertidumbre.
En los programas en bibliotecología se destaca el rol educador del bibliotecólogo vinculado con el diseño y desarrollo de programas, proyectos y servicios de formación de lectores y usuarios, por lo que se hace fundamental brindar conocimientos y herramientas pedagógicas y didácticas que fortalezcan los procesos de alfabetización múltiple y el aprendizaje para toda la vida. Mientras que en los programas en archivística esta característica es referida escasamente en los perfiles, quizá por el énfasis de los currículos en los procesos archivísticos y la gestión documental.
Emergencias y opacidades: oportunidades y desafíos para la formación
Emergencia es aquella expresión que insinúa posibilidades de exploración y desarrollo temático. La emergencia es un rasgo que se expresa con contundencia, pero cuyos desarrollos se encuentran en proceso de consolidación, mientras que la opacidad hace referencia a un rasgo tenue y sutil que aún no logra expresarse con plenitud, por lo que puede llegar a habitar los márgenes y las grietas en los campos disciplinares. La emergencia y la opacidad son producidas por los campos de conocimiento y dan cuenta de aquello que se hace intencionalmente visible e invisible como consecuencia de las relaciones y las jerarquías de los actores, y de la posesión de los capitales simbólicos.
Como resultado del proceso, se identificaron temas o áreas que están ganando terreno en la formación y tienen cada vez más implicaciones en los procesos formativos. Otros temas han irrumpido y transformado las dinámicas sociales de manera inesperada y sus implicaciones están generando revuelo. En términos generales, las emergencias están ligadas con las tecnologías y los procesos de transformación digital en diferentes ámbitos, mientras que las opacidades tienen que ver con los asuntos pedagógicos y didácticos en la formación profesional archivística.
Este posicionamiento de las tecnologías está en sintonía con el terreno abonado por las humanidades digitales y las ciencias sociales computacionales como campos interdisciplinarios que exploran el uso de la tecnología digital y el análisis computacional.
Gobernanza de datos. Uno de los desafíos clave en cuanto a la formación de los profesionales de la información en relación con la gobernanza de datos es la necesidad de adquirir conocimientos y habilidades en este campo, lo que incluye asuntos relacionados con la privacidad y seguridad de los datos, la gestión de metadatos, la clasificación y catalogación de la información, entre otros aspectos relevantes. Además, los profesionales deben estar preparados para enfrentar los desafíos éticos y legales asociados.
Acceso abierto y democratización del conocimiento. El acceso abierto se platea como una estrategia dirigida a favorecer y promover los procesos de democratización de la información y del conocimiento. Estos nuevos paradigmas también plantean retos para los profesionales de la información en cuanto al manejo de datos abiertos, de datos enlazados y el desarrollo de capacidades para la gestión, curaduría y preservación de los datos, así como el despliegue de estrategias para garantizar su calidad y confiabilidad.
Arquitecturas de información y procesos de modelamiento de datos. Estas áreas se centran en la estructuración de la información y en la creación de representaciones visuales y conceptuales que faciliten el acceso, la comprensión y la toma de decisiones. Sin embargo, la formación profesional en estas áreas enfrenta desafíos significativos debido a la constante evolución tecnológica, la necesidad de equilibrar estructura y flexibilidad, la colaboración interdisciplinaria, la combinación de habilidades técnicas y creativas, y las consideraciones éticas.
Inteligencia artificial. Uno de los desafíos es la integración efectiva de esta tecnología en los sistemas y servicios de información existentes. En cuanto a la formación de los profesionales de la información, los retos están relacionados con la adquisición de habilidades en el uso y gestión de las inteligencias artificiales. Los profesionales deben integrar conceptos clave y deben desplegar habilidades para la programación y el diseño de algoritmos.
En cuanto a las opacidades, debemos señalar dos temas: las habilidades socioemocionales y el rol formador y educador del archivista. Llama la atención que, pese a la visibilidad de los discursos que abanderan la adquisición de habilidades socioemocionales como las habilidades del siglo XXI, estas estén ausentes o escasamente referenciadas en los perfiles de egreso.
En lo que respecta al rol formador y educador del archivística, los perfiles no aluden a ello, quizá por el énfasis que los currículos hacen sobre los procesos archivísticos y la gestión documental. No obstante, el área de los estudios de usuarios está contribuyendo a visibilizar este tema y a la necesidad de incluirlo en los currículos de los programas.
Conclusiones
La educación superior juega un papel crucial en el desarrollo de capacidades que permiten a los individuos gestionar y utilizar la información de manera efectiva. Por lo tanto, es fundamental comprender que la adscripción de los programas en archivística y bibliotecología a diferentes facultades o escuelas es un elemento clave para la configuración de los perfiles de egreso.
Es preciso anotar que este ejercicio hizo aportes sustanciales para la construcción de los perfiles de egreso de los programas de pregrado de la Escuela Interamericana de Bibliotecología, y también ofreció pistas para el diseño curricular en cuanto a la configuración del tronco común, los núcleos básicos y las áreas formativas (mesocurrículo).
Así mismo, es importante destacar la ratificación de los núcleos duros de ambas disciplinas, para archivística la gestión documental y para bibliotecología la organización y el tratamiento de la información en términos de las tradiciones de los campos, sin desconocer las tendencias que sobre ellos se ciernen en un mundo digital y en permanente cambio.
Se han identificado temas o áreas que están ganando relevancia en la formación y que tienen cada vez más implicaciones en los procesos formativos. Entre estos, destacan aspectos relacionados con la gestión, el control y la seguridad de los datos. Estos aspectos son fundamentales para estructurar y organizar de manera efectiva el uso de los datos en la sociedad, garantizando el acceso libre y equitativo al conocimiento y la información, y promoviendo la transformación social a través de la toma de decisiones informadas. Específicamente, las nuevas tendencias de acceso abierto, gobierno abierto, cultura abierta, gobernanza de datos e inteligencia artificial.
La evaluación curricular debe ser un proceso dinámico y permanente para reconocer e integrar las tendencias, las necesidades sociales y las demandas del mercado laboral en el proceso formativo de los profesionales de la información. En este escenario, el reto consiste en flexibilizar y agilizar los procesos de actualización de los programas, monitorear su pertinencia, flexibilidad y oportunidad, con la simplificación de los procesos administrativos y burocráticos. Pero también hay que generar vías de comunicación mucho más expeditas con los egresados, los empleadores y la sociedad en general.